Por lo que he averiguado, la técnica más común para quitar la humedad del aire es condensarla en una superfície fría. Y por eso, si tengo un acondicionador de aire en el ambiente, no necesito tener un deshumidificador. ¿Eso es verdad? ¿Por qué?

Un equipo no sustituye al otro. Hay algunas diferencias básicas entre un deshumidificador de aire y un aire acondicionado. Vamos a ver algunas.

El deshumidificador fue diseñado para tener mayor rendimiento en la extracción del exceso de humedad del aire, mientras que el aire acondicionado fue diseñado para tener mayor desempeño en climatización del ambiente. Por más que en un ambiente con aire acondicionado sea perceptible el aire más seco y parte del agua sea condensada, su desempeño para este fin es infinitamente menor que comparado a un deshumidificador. En la línea Desidrat existen equipos para hogar que llegan a retirar del aire hasta 20 litros de agua al día.

El aire acondicionado mientras está conectado, aunque de manera ineficiente, retira un poco de la humedad del aire y después de mucho tiempo, puede causar sensación de sequedad en el aire del ambiente, pero para llegar a este punto, habrá consumido mucha energía eléctrica.

El deshumidificador posee un sensor llamado humidostato, responsable de hacer la lectura constante de la humedad y desconectar automáticamente la función deshumidificación cuando se alcanza el porcentaje de humedad estipulado, manteniendo conectada sólo la ventilación.

El deshumidificador controla la humedad de manera inteligente y ahorra energía.

Durante el invierno, el aire acondicionado no suele ser utilizado y en esta estación del año el control de humedad es aún más necesario. El uso constante del deshumidificador puede y debe realizarse durante todo el año, y su funcionamiento no provoca variaciones incomodas a la temperatura del ambiente en que esté instalado.

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